¿Salud mental o bienestar emocional?

En el marco del día mundial de la salud mental queremos contarte que en los últimos años las distintas definiciones sobre salud mental se han alejado del concepto de “ausencia de enfermedad” y han comenzado a plantear una visión positivista de los estados de bienestar.

Las tendencias más modernas hablan de bienestar o equilibrio emocional, jerarquizando y valorizando la presencia de las emociones como uno de los aspectos más importantes de la vida en comunidad.

 

Uno de los aspectos centrales de las nuevas posturas propone la importancia de hablar sobre las emociones en las familias, centros educativos y ámbitos laborales. De este modo se sale del espacio cerrado de consultorio para instalar la discusión en los ámbitos que todos frecuentamos.

Las nuevas posturas sobre bienestar emocional nos recuerdan otro aspecto central: participar activamente en el cuidado de la salud propia y de nuestro núcleo más cercano. Esta idea tiene que ver con asumir una postura activa sobre los propios cuidados de la salud general: alimentación, descanso, actividad física y controles de salud.

Otra de las ideas más recientes asocia al estado de salud emocional con realizar actividades que involucren a otras personas, sean de esparcimiento, deportivas o de recreación. La presencia otras personas reunidas por un interés u objetivo en común tiene un efecto protector muy saludable en el bienestar emocional de cada persona, especialmente en algunas etapas como la adolescencia.

Otro de los aspectos incluidos dentro de las nuevas definiciones de bienestar emocional tiene que ver con la importancia de ir desarrollando habilidades saludables para enfrentar problemas. Algunas capacidades como el poder sostener la calma ante situaciones demandantes, no omitir los cuidados básicos en alimentación y descanso ante el stress y pensar el alcance de nuestras palabras y acciones integran el conjunto de habilidades emocionalmente saludables para poder afrontar las dificultades.

Y finalmente mencionamos otros dos aspectos que han sido los más innovadores en las nuevas posturas sobre bienestar emocional. La importancia de desarrollar el propio potencial es uno de los aspectos con mayor incidencia en áreas fundamentales como la autoestima y el desarrollo de vínculos saludables. Poder dedicar el tiempo para desarrollar actividades que nos permitan expresar nuestro potencial es uno de los aspectos con mayor influencia en el estado anímico de las personas. Desarrollar el propio potencial implica otorgarle un lugar central al desarrollo de aquellas actividades que puedan ser definidas como “nuestras pasiones” en la medida de las posibilidades de cada persona.

El último aspecto incluido dentro de las nuevas posturas sobre bienestar emocional tiene que ver con mantenerse optimista. El desafío radica en ser conscientes de la energía que nos visita y que transmitimos a través de la visión que tenemos acerca de lo que vendrá. Proponerse practicar una visión optimista sobre el futuro ha demostrado tener un fuerte impacto positivo en la vida anímica de las personas.

El bienestar emocional incluye nuevos desafíos que marcan una importante diferencia con las definiciones tradicionales de salud mental. Hablar sobre las emociones, participar activamente de los cuidados generales de la salud, desarrollar habilidades para afrontar problemas, realizar actividades que involucren a otras personas, desarrollar el propio potencial y construir una visión optimista del futuro son algunos de los conceptos los que todos podemos comenzar a trabajar para lograr acercarnos a nuestro bienestar personal y el de nuestra comunidad.

 

 

 


Dia mundial de conscientización sobre el autismo

Desde 2007 cada 2 de abril se celebra el Día mundial de concienciación sobre el autismo por iniciativa de la ONU.  En las últimas décadas la frecuencia de personas diagnosticadas con TEA (Trastorno del espectro autista) ha ido en aumento, y con ello el desafío de cada sociedad respecto a la igualdad de derechos, la aceptación y la inclusión de las personas con TEA y sus familias.

La evidencia científica ha demostrado que su detección temprana es fundamental para optimizar el tratamiento y aumentar las herramientas para el desempeño social durante la infancia, la adolescencia y la vida adulta. Así también se ha demostrado que los abordajes tempranos (entre 2 y 5 años) generan resultados muy favorables en la adquisición de herramientas para la interacción con otras personas.

 

El rol fundamental de la comunicación y la interacción social

El abordaje de los niños con TEA es integral y multidisciplinario, con énfasis en tratamientos que faciliten el uso del lenguaje (la comunicación es generalmente el área más afectada).  Por ello el trabajo psicopedagógico, psicomotriz y psicológico tendrá el importante desafío de brindar herramientas para favorecer un intercambio social sostenible. Las dificultades para poder sostener una interacción recíproca muchas veces se confunden con una aparente ausencia de interés en otras personas, pero debemos saber que es a través de la interacción con otras personas que los niños con TEA logran una inclusión social saludable.

 

El juego como mediador en la interacción

Es a través del juego compartido que los niños comienzan a desarrollar las herramientas para la interacción social: aprender a compartir, esperas y turnos, empatía, expresión verbal de los sentimientos y autocontrol entre otros. Estas habilidades que se van desarrollando de forma natural en los niños son las que se encuentran más afectadas en las personas con TEA.

Por este motivo en la intervención temprana se pone el foco en el desarrollo del juego y la interacción.

En este contexto existen una serie de estrategias que pueden facilitarnos el acercamiento a un niño o adulto con TEA que hoy queremos compartir contigo:

 

Captar su juego o tema de interés

Es importante captar cuál es su tema de interés al jugar o interactuar. No importa que su interés sea algo peculiar o poco funcional, de a poco, con preguntas sencillas o permaneciendo en el espacio de juego comenzará la interacción.

Busca el contacto visual

Uno de los objetivos a estimular en un niño con TEA es la motivación al contacto social, haciendo de cada interacción un espacio seguro y motivante. En este contexto el contacto visual es un aspecto central. Cuidando de no ser invasivos con el espacio ajeno estaremos atentos a los breves momentos de contacto visual, al cual recomendamos devolver una sonrisa.

Sostener los silencios

Muchas de estas interacciones son, en un principio, en silencio, mediante algún objeto o juguete. Un gran número de los niños y adultos con TEA presentan una hipersensibilidad a los sonidos, muchos de los sonidos que acompañan el ambiente pueden ser muy incómodas para las personas con esta condición, en este contexto las interacciones deben permitir los silencios (a veces largos) durante el juego o la interacción. Por lo general las interacciones más saludables se realizan tolerando los silencios y con alocuciones de volumen intermedio.

Ser pacientes ante la aparición de alguna conducta atípica

Muchas de las personas con esta condición presentan conductas repetitivas denominadas estereotipias, como movimientos repetitivos de manos y pies, aleteos o gestos no convencionales. Mientras no presenten un peligro para el niño y su entorno debemos poder sostener su presencia sin alarmarnos, generalmente son de corta duración y no significan la presencia de incomodidad o desagrado.

Nuestro deber como sociedad implica el aprendizaje de estrategias de inclusión de personas con distintas condiciones, lejos de la estigmatización y cerca de la aceptación.

Las familias de personas con TEA enfrentan importantes desafíos y requieren servicios de salud, educación, seguridad social y cuidado a lo largo de la vida. Poder incorporar distintas herramientas para su inclusión implica estar abiertos al contacto y brindar el soporte que sea posible para cada uno.  La apertura de cada uno de nosotros permite reivindicar su dignidad y autoestima y facilita su integración saludable como miembros valiosos de su sociedad.

 

 


La esperanza, una luz frente al suicidio.

El suicidio es un evento que afecta de manera global a las familias, las comunidades y los países. A nivel mundial las cifras continúan incrementándose cada año incluyendo el marcado aumento del suicidio en adolescentes y adultos jóvenes. Por cada vida perdida se calcula un promedio de 15 personas directamente afectadas entre familiares, amigos y compañeros de estudio o trabajo, las llamadas víctimas secundarias del suicidio.

 

La búsqueda de ayuda profesional es un factor protector a partir del cual se logran prevenir un número importante de suicidios, especialmente en edades más tempranas. La búsqueda de ayuda profesional debe ser inmediata ante la presencia de las siguientes señales de alarma, aunque le parezca que no exista un riesgo inminente:

Declaraciones o amenazas de atentar contra su vida

Falta de esperanza y tristeza la mayor parte de los días

Aislamiento social y marcado descuido personal

Lesiones autogeneradas como cortes o heridas superficiales en brazos y piernas

Consumo problemático de sustancias

Baja autoestima y comentarios autoagresivos

Vergüenza de sí mismo (sobre sus capacidades, su cuerpo o sus habilidades sociales)

La respuesta familiar empática y comprensiva he demostrado ser un factor crucial en la prevención del suicidio. Crear un espacio seguro donde se pueda hablar del tema sin sentirse juzgado tendrá una influencia directa en la prevención de las autolesiones y el suicidio. Para ello será muy importante poder manejar las emociones del momento y elegir cuidadosamente las palabras para sostener al otro. En este sentido debemos evitar respuestas como: “No tiene sentido lo que estás diciendo” ó “Tenés todo para ser feliz”.

Junto a la respuesta familiar empática la generación de esperanza ha demostrado ser un importante factor protector. La clave de la generación de esperanza radica en compartir la idea de que un futuro bienestar es posible. Generar esperanza tiene que ver con transmitir la idea de que el futuro puede cambiar y que siempre hay soluciones por más lejanas que parezcan.

En esta línea también resulta importante promover el autocuidado. En las personas más jóvenes las conductas de autocuidado a veces son percibidas como signos de debilidad, en este sentido siempre es válido recordar que todas nuestras acciones impactan en nuestra salud y nuestro estado de ánimo. Las pequeñas acciones de autocuidado como evitar las autolesiones, el cuidado general del cuerpo y la salud son las que nos permitirán alcanzar objetivos más grandes en el futuro.

Otro importante factor protector de conductas suicidas y salud mental en general es la realización de actividad física. La actividad física alivia los síntomas generales de salud mental y es un gran apoyo de los tratamientos recomendados en todas las edades. Salir al aire libre, realizar caminatas y compartir actividades con otras personas posee efectos inmediatos sobre el estado anímico, en especial en personas más jóvenes. Cualquier forma de actividad física será muy importante durante el proceso de mejoría, promoviendo el disfrute y la regularidad.

Junto a la realización de actividad física encontramos otro de los grandes factores protectores de salud mental: la promoción de una vida social activa. Cultivar las relaciones con personas significativas además de ser un factor protector fundamental, es un gran generador de bienestar a largo plazo. Cultivar las relaciones sociales habilita a sentirnos valorados, brinda la posibilidad de expresarnos, afirma las creencias personales e implica obligaciones de cuidado hacia los demás y hacia uno mismo. Los grupos de pertenencia promueven valores como la honestidad y el cuidado, constituyendo un importante factor protector y un generador de estrategias saludables de afrontamiento ante el stress emocional.

La búsqueda de ayuda profesional temprana ante la presencia de los signos de alarma, la respuesta familiar empática junto a la generación de esperanza, la promoción del ejercicio y la vida social constituyen los factores protectores más importantes dentro de la salud mental.

Te invitamos a ponerlos en práctica regularmente y favorecerlos dentro de tu comunidad.

 


Comunicadores conscientes

Ser un comunicador consciente es una de las claves para lograr interacciones saludables en todos los ámbitos de nuestras vidas. Poder ser conscientes de nuestra comunicación es una herramienta fundamental para el crecimiento personal y vincular, para ello hoy queremos compartir contigo algunos aspectos importantes para seguir construyendo comunicaciones saludables.

Romper el hielo

Iniciar correctamente una comunicación implica tomarse un breve instante para realizar una introducción, a veces sobre temas generales, para luego dar paso a la temática a trabajar. Estos breves segundos introductorios favorecerán la construcción de un clima inicial de apertura e intercambio saludable. Considera comenzar con una charla informal antes de sumergirte en la agenda de la reunión o intercambio de información.

Habla cara a cara siempre que puedas

La forma más antigua y efectiva en las comunicaciones es hablar cara a cara. La importancia de este aspecto radica en el papel central que ocupan las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Por ello gran parte del trabajo de ser conscientes de nuestras comunicaciones radica en ser conscientes de nuestro lenguaje corporal. En este sentido el primer paso es conocer la importancia de nuestras expresiones faciales. El esbozo de una sonrisa, un gesto de aprobación o la seriedad ante un tema sensible serán aspectos centrales en tus intercambios. Si durante la conversación se movilizan temas sensibles para tu interlocutor trata de brindarle un espacio dentro de la comunicación antes de pasar al tema a tratar. Previo a terminar el intercambio puedes retomar brevemente el tema sensible del inicio y ofrecer tu colaboración. No olvides en el correr de los días consultar a tu compañero sobre la evolución de lo compartido.

 Lenguaje corporal y tono de voz

Las comunicaciones no se tratan solamente del mensaje, sino que una parte central radica en la forma que elegimos para comunicarnos: Trata de no cruzar los brazos, muestra interés en el otro, trata de mirar a los ojos sin ser invasivo y espera tu espacio para intervenir (sin interrumpir a tu interlocutor). Regular el tono de voz es otra de las claves para generar un intercambio dinámico, no invasivo y animado. Recuerda que un tono de voz con fluctuaciones controladas y adecuadas favorece al desarrollo saludable de la conversación.

No guardes tu emoción

Expresarse desde la emoción abre la puerta a un intercambio sincero y constructivo. “Lo que siento sobre esta situación..”, o “mi sensación sobre esto..” son algunas formas eficaces de para iniciar una intervención.  De esta forma nuestro interlocutor captará rápidamente el contexto de emociones que estamos sintiendo y permitirá un ida y vuelta sincero y protegido.

Recapitular juntos

Es aconsejable ir pasando en limpio permanentemente los pequeños pasos que se van dando durante la conversación. “Entonces, sobre este punto, estamos de acuerdo en… ” “ según lo conversado quedamos en.. De esta forma se va creando una cadena de pequeños acuerdos construidos de a dos, sembrando confianza y un compromiso compartido. Sobre el final del intercambio es saludable realizar un breve repaso de lo conversado y los pasos que me comprometí a gestionar. Al igual que al inicio recomendamos finalizar con un contexto acorde, puede ser agradeciendo por el tiempo y la información, generando nuevamente comentarios sobre temas generales, o acordando dar seguimiento conjunto sobre lo trabajado.

Los beneficios de una comunicación consciente resultan visibles en el mismo momento que elegimos ponerlos en práctica. Comienza por estos primeros pasos y en poco tiempo podrás sentirte más seguro siendo un comunicador consciente.


Síndrome de Down. Una nueva mirada.

Desde el Año 2011 la ONU designó el 21 de marzo como el día mundial del Síndrome de Down con el objetivo de generar una mayor consciencia sobre esta condición, recordando la importancia de la inclusión, la igualdad y el respeto de cada niño y adulto con esta condición.

Sin desconocer los aspectos discapacitantes implicados para muchas personas con esta condición, hoy te proponemos generar una mirada diferente sobre el Síndrome de Down, invitándote a ampliar tu horizonte personal sobre el tema.

Las personas con esta condición tienen una especial influencia en la vida de toda su comunidad, especialmente en la de aquellas personas con quien comparten su vida cotidiana. Así la experiencia de compartir tu tiempo con alguien con esta condición puede ayudarte a crecer en la forma de vincularte con los demás y valorar el tiempo compartido.

Vivir a otro ritmo

El apuro y la prisa parecen detenerse, el tiempo destinado a una conversación, un saludo o narrar una experiencia reciente cobran especial importancia. Cada interacción será especial junto a una persona con esta condición, la conversación estará lejos del apuro y el ritmo pausado del intercambio hará que puedas elegir mejor tus palabras y experimentar junto al otro la experiencia de una conversación sin prisas.

Las pequeñas grandes cosas

Las actividades diarias, lo aprendido en la escuela, lo elaborado en un taller de expresión plástica o el viaje en bus podrán tener un sentido muy especial. Cada experiencia por mínima que a los ojos del apuro nos parezca, esconde muchos detalles especiales que merecen ser destacados. Así los nuevos aprendizajes, un músico en el bus o la artesanía hecha con las propias manos adquieren un valor muy especial.  Muchas de las personas con esta condición poseen una capacidad muy especial para involucrarse íntegramente en actividades cotidianas para luego compartirlas. De este modo detalles muy valiosos empezarán a aparecer en actividades cotidianas que querrás compartir con tu familia.

El valioso optimismo

Poner el foco en lo que no se tiene es una forma habitual de contactar con nuestra realidad, con importantes efectos emocionales. Sin embargo, hay otras miradas que nos enseñan a ver las cosas en su aspecto más positivo. Tener una mirada esperanzadora sobre el futuro, sobre sí mismo y el mundo es un aprendizaje que muchas personas con esta condición nos enseñan todos los días. La mirada optimista sobre las cosas es una de las claves de la resiliencia, fortaleza interior que nos ayuda a travesar las dificultades.

Hablar de nuestros sentimientos

Las emociones y los sentimientos nos ayudan a entendernos, a dar sentido a lo que pasa a nuestro alrededor y a relacionarnos con los demás. También nos motivan para alcanzar objetivos, generar cambios positivos y proteger al otro. Expresar verbalmente una emoción nos permite controlarla y poder trabajar sobre ella. Por más sencillo que parezca se trata de una capacidad que tendemos a quitarle importancia en la vida adulta. En muchas ocasiones las personas con este síndrome presentan esta importante habilidad expresiva muy bien desarrollada. Cuando logramos expresar nuestras emociones libremente experimentamos una sensación de libración y apertura, trabajando habilidades como la resiliencia y el autoestima. Esta habilidad nos permite ser más conscientes de lo que sentimos, solucionar problemas y generar relaciones más francas y sólidas.

Sin omitir las dificultades que puede implicar esta condición hoy  te invitamos a cambiar la mirada sobre el Síndrome de Down siendo más conscientes del apuro que nos impide intercambios de calidad, poniendo el foco en las experiencias positivas de cada día, y hablando más de nuestros sentimientos.

Lic. Javier Regazzoni