Fotografía y salud mental
Con el avance de la tecnología en los dispositivos móviles muchas personas han encontrado en la fotografía la posibilidad promover su salud mental. El fácil acceso a la tecnología digital y medios posibles para su exhibición hacen de la fotografía una actividad accesible para todos. Detrás de cada fotografía interactúan distintos procesos mentales y emocionales que hacen de la fotografía una actividad de profundo bienestar.
Desarrollo de la concentración y reducción de stress
Quienes practican fotografía describen importantes beneficios en el desarrollo de habilidades como la concentración y una importante reducción del stress. Detrás de la elección de una imagen se esconden distintos procesos que contribuyen al desarrollo de bienestar. El trabajo de elegir una adecuada composición y perspectiva implican una delicada interacción de procesos mentales asociados al autocontrol y la concentración. La práctica de la fotografía ha demostrado favorecer el desarrollo de la concentración particularmente en personas con una mayor tendencia a la distractibilidad. Así también la fotografía contribuye al desarrollo de “consciencia plena”, la habilidad para concentrarse plenamente en lo que se está experimentando en ese preciso momento, pudiendo tomar distancia de pensamientos y preocupaciones cotidianas.
El mundo de los colores y las emociones
La profunda relación entre los colores y el universo de las emociones hacen de la fotografía una actividad con una profunda conexión interna. Los colores han demostrado tener una profunda relación con desarrollo y gestión de distintas emociones. En adolescentes particularmente ha demostrado tener importantes beneficios en habilidades como el control de impulsos y el desarrollo de una autoestima saludable. El uso de herramientas digitales hace de la fotografía una actividad especialmente atractivo para los más jóvenes
Herramienta de sanación
Además de los beneficios de la fotografía para la población general, hay usos puntuales para personas que se encuentran transitando distintas situaciones. Personas con dificultades para la comunicación verbal, trastornos del desarrollo o demencias encuentran en la fotografía un medio de expresión que les permite aumentar sus posibilidades de comunicación. En esta línea la fotografía testimonial, que centra su atención en algún aspecto específico de su autor, ha logrado hacer visibles distintas realidades, ya sean personales o comunitarias.
Vinculo sano con el entorno
El arte de la fotografía cuenta con la gran ventaja de la accesibilidad casi universal para todas poblaciones. A través de la fotografía observamos, recordamos y construimos imágenes de nuestro entorno y realidad , creando nuevos universos de expresión. El arte de tomar fotografías promueve una relación más profunda con el entorno y la comunidad, colaborando en el desarrollo de conciencia y cuidado sobre la naturaleza, la diversidad humana y la cultura.
Lic. Javier Regazzoni
Las manos, un poder creador
Trabajar con las manos implica profundos beneficios para nuestra salud mental y emocional. Al dibujar, tejer, esculpir, pintar, trabajar la tierra entre otras experimentamos un estado de presencia mental y emocional que favorece una importante comunión entre las funciones cerebrales y el mundo de las emociones. Así también nuestras manos son un importante vehículo para para aliviar el estrés, mejorar la plasticidad neuronal y trabajar la ansiedad.
Primeras herramientas
La fabricación de herramientas con las manos significó un importante avance evolutivo para nuestra especie. El sistema ojo -mano -cerebro representó una fabulosa alianza que sigue teniendo múltiples beneficios para las personas.
Este sistema bien conocido para la ciencia viene siendo estudiado desde hace décadas. En la actualidad las necesidades y desafíos para las personas se han ido transformando. El uso de la tecnología ha implicado una importante transformación de las sensibilidades y formas de interacción, y con ellas se ha devaluado el desarrollo de las habilidades manuales.
La creatividad, las manos y estar presentes
Las actividades con las manos implican cambios fisiológicos muy beneficiosos, favorecen la producción de hormonas implicadas en el bienestar, reducen la producción de la respuesta al stress, mejoran la plasticidad neuronal creando nuevas conexiones en todas las etapas de la vida.
A nivel emocional el trabajo manual es un gran aliado fundamental para la reducción del estrés, la recuperación de los trastornos de ansiedad y han demostrado tener importantes beneficios para el trabajo sobre la depresión. En la esfera emocional las actividades manuales favorecen la instalación de estados mentales de calma y receptividad hacia el entorno en todas las edades, así también han demostrado ser una gran herramienta para el desarrollo durante la infancia.
En este sentido fomentar en niños las actividades que involucren las manos implica un gran facilitador para el desarrollo psicomotor, la creatividad y la concentración. Durante la infancia y la adolescencia las actividades manuales colaboran en el desarrollo de habilidades como el control de los impulsos, el desarrollo de la imaginación y la confianza en sí mismo. Trabajar con las manos en todas las edades implica la instalación de momentos de conciencia plena, esa profunda habilidad para situarnos en un tiempo presente, de profunda concentración y bienestar.
Mundo interior y lo nuevo
Además de las implicaciones neuronales, psicológicas y emocionales, el trabajo manual esconde una magia muy especial: la posibilidad de construir algo nuevo que nace en nuestro interior, utilizando la imaginación y encontrando nuevos caminos para expresión. Esta profunda habilidad requiere la interacción de múltiples capacidades que unificadas dan lugar a algo nuevo.
El poder creador a tu alcance
Durante la vida adulta es cuando nos encontramos más alejados de las actividades que implican el desarrollo de actividades manuales, tanto es así, que soportes como el móvil o el ordenador están sustituyendo incluso la habilidad de escribir a mano. Siempre existe alguna actividad capaz de lograr ese profundo estado de bienestar que se encuentra a nuestro alcance. Así cocinar, dibujar, practicar cerámica, trabajar la tierra o plantar una flor generan una transformación material que redunda en el plano emocional. Trabajar con las manos habilita un poder creador que se encuentra a tu alcance.
Lic. Javier Regazzoni
Fin de año y nuevos comienzos
La finalización de un nuevo año suele venir acompañada de balances, reflexiones y distintas emociones. Culminar un ciclo siempre implica una importante movilización emocional a través del repaso de los grandes eventos que se fueron presentando. Si bien es sano realizar balances debemos saber que hay distintas formas para acercarnos con una mirada constructiva sobre un ciclo que termina.
Difícilmente podamos llegar a definiciones concluyentes al finalizar un ciclo, para ello siempre es sano saber que los balances deben incluir algunos aspectos importantes para que sean justos con nosotros mismos e impliquen un acto de aprendizaje.
Los cierres de ciclos también implican el contacto con las dificultades que debimos afrontar y quizás lo continuamos haciendo. Seguramente durante este ciclo que termina se nos fueron presentando distintos desafíos, situaciones que no hubiésemos podido pronosticar, que nos atraviesan, sorprenden y demandan. Hablar de cómo nos sentimos, compartir con un interlocutor empático y permitirnos la emoción forman parte de un balance empático y constructivo. En ese sentido debemos favorecer una mirada amable y comprensiva con nosotros mismos, favoreciendo la aceptación y la construcción de aprendizajes para la vida.
Un balance del cual podamos obtener aprendizajes debe tener una mirada constructiva, que contemple aquellas situaciones que se presentaron distinto a como hubiésemos deseado, y que nos permita recordar que las personas construimos saber sobre a partir de las dificultades.
Un balance justo también debe incluir nuestra presencia para los demás. Poder preguntarnos sobre el lugar que ocupamos para las personas significativas de nuestras vidas, cuánto nos brindamos para el otro y cuan presentes logramos estar para los demás también hace a un balance justo. Los objetivos cumplidos de los seres significativos de nuestras vidas también son nuestros.
Dar cierre a un ciclo siempre es un buen momento para reconocer a nuestros compañeros de ruta. Apreciar y declarar el papel de los demás durante los objetivos alcanzados y también su presencia ante las dificultades implica la posibilidad de dar un buen cierre a cada ciclo. Ser justos con los balances también es agradecer nuestros compañeros de ruta.
Cada cierre implica un nuevo comienzo con más herramientas. Crecer a la vida es volver a empezar, cada año y en cada ciclo.
Lic. Javier Regazzoni
Lectura y salud mental
En un mundo veloz y de notificaciones constantes la lectura puede parecer una actividad del pasado, sin embargo estamos presenciando un importante retorno al libro en todas las edades. Recorriendo sus páginas podemos enriquecer nuestras capacidades cognitivas, la gestión de nuestras emociones y comunicación. Desde la infancia hasta la vida adulta la lectura nos muestra otros mundos posibles, nos acerca nuevos términos y nos aporta herramientas para comunicarnos con otras personas y con nuestro entorno.
Libros, cerebro y comunicación
Los efectos positivos de un buen libro varían según cada lector, algunos beneficios comunes ubican a la lectura como un aliado fundamental para nuestra salud mental y emocional. Además del placer de disfrutar de un buen libro la lectura a todas las edades ha demostrado ser un gran estimulador cognitivo, favoreciendo la conexión de distintas zonas cerebrales y creando nuevas interacciones entre el pensamiento racional y las emociones.
El ejercicio de la lectura posee importantes beneficios en todas las edades sobre capacidades de alta integración como la atención, concentración y memoria. El recorrido de una buena lectura favorece al incremento del vocabulario y una mayor claridad a la hora de expresar nuestras ideas, en ocasiones eligiendo la palabra indicada, en otras logrando una expresión más concreta y ajustada al mensaje .
Lectura, refugio y emociones
A nivel emocional la lectura es una importante herramienta para el trabajo sobre la angustia y la ansiedad, aportando un estado de calma que tiende a la permanencia. La lectura genera una mayor apertura para hablar sobre las emociones, favoreciendo la apropiación de nuevas expresiones que reflejan con mayor claridad la tarea a veces compleja de poner en palabras nuestras emociones. Mientras leemos nuestro cerebro es capaz de reprogramar e integrar diversas funciones tales como el habla, la memoria y la capacidad de análisis, además el recorrido de una buena lectura nos invita al desarrollo de la imaginación. La creación de nuevos mundos imaginarios encuentra en la lectura una fuente inagotable de nuevas de conexiones neuronales, las que favorecen el buen funcionamiento general de nuestras capacidades cognitivas.
La sensación de calma y bienestar que produce la concentración durante la lectura tiene importantes beneficios en personas que atraviesan distintas formas de stress o angustia. La lectura nos permite apartarnos momentáneamente de preocupaciones cotidianas , junto a la construcción de otras miradas posibles para transitar las dificultades.
Para algunos autores la lectura implica una forma de placer supremo favoreciendo un vínculo estrecho con el autoconocimiento. Hay un libro para cada lector esperando darle un sentido a sus preguntas y capaz de aportarle otras miradas posibles sobre la realidad.
Lic. Javier Regazzoni
Prevención del suicidio en adolescentes
La adolescencia es una etapa caracterizada por importantes cambios y desafíos preparatorios para la vida adulta. Si bien implica una serie de desafíos emocionales también abarca una gran oportunidad para el crecimiento, descubrimiento de habilidades, desarrollo de la personalidad y relaciones sociales.
Pero también se trata de una etapa con sus riesgos y vulnerabilidades. El proceso de construcción de identidad implica una serie de cambios físicos y emocionales muy rápidos, a través de los cuales nuestros adolescentes experimentarán importantes transiciones. A nivel social tendrán que atravesar otra serie desafíos muy demandantes, como la aceptación y el rechazo, la inclusión y la exclusión y habilidades paras gestionar conflictos.
Por estos aspectos el intercambio familiar y manejo de información sobre salud mental resultan indispensables durante toda la etapa, partiendo de la apertura natural a la exploración y curiosidad de nuestros adolescentes. Fomentar una comunicación abierta y honesta sobre “cómo nos sentimos” es uno de los pilares más importantes en la prevención de eventos críticos de salud mental.
Señales de alerta
La atención familiar sobre aspectos emocionales debe implicar una mirada atenta sobre distintas conductas y verbalizaciones. En este sentido los cambios repentinos de humor, sensación de inadecuación, ser objeto de bullying, dificultades para la aceptación del propio cuerpo o marcado rechazo por sí mismo son aspectos especialmente relevantes a la hora comprender a nuestros adolescentes. Así también la presencia de un marcado aislamiento, sentirse repetidamente rechazada o rechazado por sus pares, trastorno de la conducta alimenticia, tristeza profunda por más de dos semanas también resultan señales que debemos atender.
Así también debemos vigilar conductas de riesgo como auto lesiones principalmente en brazos y piernas, verbalizaciones sobre la falta de sentido de la vida, deseos de “no estar” o menciones a la propia muerte representan señales de alerta que requieren atención inmediata.
Herramientas ante eventos en salud mental
Ante la detección de señales de riesgo la búsqueda de ayuda inmediata es muy importante, en este sentido vale recordar la importancia de no minimizar ninguna de las señales de riesgo. La promoción espacios de escucha familiar y profesional, mostrarse proactivos e interesados en la posibilidad de buscar apoyo son centrales. Favorecer espacios de escucha familiar sin juzgar o culpar por el malestar, evitar comparar con otros integrantes de la familia u otros adolescentes construyen un factor protector muy importante. En esta línea también resulta indispensable no mantener en secreto los abordajes o temas sobre salud mental. Realizar un manejo adulto, respetuoso y discreto, pero lo más alejado posible de mantener en secreto o esconder. Ante señales de riesgo no temer preguntar, la palabra ordena, alivia y genera un primer nexo con el bienestar.
Hablar sobre los riesgos
Durante esta etapa la experimentación con el riesgo resulta uno de los desafíos más importantes para abordar desde las familias. En ese sentido la importancia radica informar y ayudar a construir una percepción adecuada sobre los riesgos. Si bien la visión del adulto debe contemplar y favorecer las actividades sociales del adolescente, también tiene la misión de proteger, educar y generar conciencia.
La consciencia sobre los riesgos apoyada por información genera progresivamente una mayor percepción sobre las consecuencias. En este sentido hablar sobre consumo de sustancias a nivel familiar resulta de gran importancia, recordando aportar información accesible y una postura frente al consumo. Las conductas sexuales de riesgo son un área muy importante que ser abordada por las familias, desde una mirada de aceptación y apertura, pero también desde la concientización del cuidado del propio cuerpo y el cuerpo del otro/a, la responsabilidad y los riesgos.
El uso excesivo de tecnologías ha demostrado tener un importante influencia sobre el desarrollo emocional y social de nuestros adolescentes. La promoción de un uso responsable, tiempos de permanencia, regulación de contenidos y hacer un uso ético de las herramientas tecnológicas deben ser una temática de intercambio familiar, en muchos casos ayudando a la regulación de tiempos y contenidos desde una postura explicativa.
Factores protectores
Una de la principales herramientas de prevención de suicidio y depresión durante la adolescencia radica en los factores protectores del entorno, principalmente el de las familias.
La presencia de una familia que tiene la capacidad de reconocer y atender las señales de riesgo, que brinda apoyo y escucha reduce mucho la presencia de eventos graves en salud mental. Las familias que se muestran abiertas a hablar sobre emociones sin juzgar, validando los distintos estados y brindando seguimiento a lo largo de los días, estarán generando una estructura de contención emocional que dejará huellas a futuro.
Resolución de conflictos
La capacidad para transitar y acompañar las distintas situaciones que se presentan en la vida de nuestros adolescentes se encuentra dentro de los factores protectores más importantes. En este sentido la importancia de promover el uso de la palabra y la conversación como las vías más adecuadas para la resolución de las diferencias. Ayudar al adolescente a pensar sobre posibles soluciones ante un conflicto, elección de palabras adecuadas, distinción de emociones y otras visiones posibles resultan herramientas muy importantes. En esta línea apartarse de las culpabilidades, moverse del lugar de tener razón, promover distintas miradas sobre un mismo tema y no construir enemigos, son guías fundamentales para acompañar el proceso de búsqueda de soluciones sanas. La capacidad familiar para la resolución de conflictos mediante la palabra estará favoreciendo un aprendizaje de vida profundamente ligado a la salud mental, sin perder de vista la importancia de la enseñanza a través del ejemplo. La ayuda en la resolución sana de los conflictos ha demostrado ser uno de los aspectos mejor valorados por los adolescentes durante esta etapa.
Aceptación familiar
Si bien comprender a nuestros adolescentes pude ser un desafío (a veces la tendencia a sentirse juzgados puede afectar la comunicación) la aceptación familiar es destacada por ellas y por ellos como uno de los valores más importantes a la hora de sentirse comprendidos y aceptados. Comprender como piensan, como se sienten consigo mismos, dónde encuentran sus vulnerabilidades, sus miedos, cuáles son su principales preocupaciones, implica nada menos que la posibilidad de sentirse valorados y reconocidos. En este sentido darle valor a sus intereses, compartir sus pasiones y promover su desarrollo creativo, artístico e intelectual son factores protectores de gran importancia.
Valor de la vida
Desde la infancia debe estar presente la importancia del valor de la vida como mensaje familiar. El valor de la vida posee un estrecho vínculo con el cuidado sobre cada una y cada uno. El cuidado sobre si mismos implica inicialmente la aceptación y valorización de cada persona. En este sentido el cuidado de la salud, las emociones y la búsqueda de una pasión o área de desarrollo son aspectos centrales. Descanso, alimentación saludable, actividad física y buen uso de la tecnología han de estar presentes en todos los integrantes de la familia a cualquier edad. En los adolescentes estos aspectos tienen un impacto central en la salud mental.
Así también la promoción un vínculo empático con el entorno tiene una influencia muy importante. Acciones como tomar una postura inclusiva hacia las distintas realidades, la relación con el éxito y la competencia, los bienes materiales, situaciones de discapacidad o enfermedad, acompañamiento durante duelos, la importancia de pedir y brindar ayuda, y el contacto con la naturaleza promueven la construcción del valor de la vida.
El tránsito por la adolescencia implica un importante desafío para todo el entorno familiar, en ese camino se irán presentando distintas situaciones que exigirán una respuesta familiar adecuada para cada situación, con impacto en lo inmediato y a largo plazo. El tránsito por la adolescencia también implica descubrimientos y la búsqueda de un sentido. En esa búsqueda cuidar, orientar y acompañar implica una aprendizaje que vale recorrer.
Lic. Javier Regazzoni





