Desde el Año 2011 la ONU designó el 21 de marzo como el día mundial del Síndrome de Down con el objetivo de generar una mayor consciencia sobre esta condición, recordando la importancia de la inclusión, la igualdad y el respeto de cada niño y adulto con esta condición.
Sin desconocer los aspectos discapacitantes implicados para muchas personas con esta condición, hoy te proponemos generar una mirada diferente sobre el Síndrome de Down, invitándote a ampliar tu horizonte personal sobre el tema.
Las personas con esta condición tienen una especial influencia en la vida de toda su comunidad, especialmente en la de aquellas personas con quien comparten su vida cotidiana. Así la experiencia de compartir tu tiempo con alguien con esta condición puede ayudarte a crecer en la forma de vincularte con los demás y valorar el tiempo compartido.
Vivir a otro ritmo
El apuro y la prisa parecen detenerse, el tiempo destinado a una conversación, un saludo o narrar una experiencia reciente cobran especial importancia. Cada interacción será especial junto a una persona con esta condición, la conversación estará lejos del apuro y el ritmo pausado del intercambio hará que puedas elegir mejor tus palabras y experimentar junto al otro la experiencia de una conversación sin prisas.
Las pequeñas grandes cosas
Las actividades diarias, lo aprendido en la escuela, lo elaborado en un taller de expresión plástica o el viaje en bus podrán tener un sentido muy especial. Cada experiencia por mínima que a los ojos del apuro nos parezca, esconde muchos detalles especiales que merecen ser destacados. Así los nuevos aprendizajes, un músico en el bus o la artesanía hecha con las propias manos adquieren un valor muy especial. Muchas de las personas con esta condición poseen una capacidad muy especial para involucrarse íntegramente en actividades cotidianas para luego compartirlas. De este modo detalles muy valiosos empezarán a aparecer en actividades cotidianas que querrás compartir con tu familia.
El valioso optimismo
Poner el foco en lo que no se tiene es una forma habitual de contactar con nuestra realidad, con importantes efectos emocionales. Sin embargo, hay otras miradas que nos enseñan a ver las cosas en su aspecto más positivo. Tener una mirada esperanzadora sobre el futuro, sobre sí mismo y el mundo es un aprendizaje que muchas personas con esta condición nos enseñan todos los días. La mirada optimista sobre las cosas es una de las claves de la resiliencia, fortaleza interior que nos ayuda a travesar las dificultades.
Hablar de nuestros sentimientos
Las emociones y los sentimientos nos ayudan a entendernos, a dar sentido a lo que pasa a nuestro alrededor y a relacionarnos con los demás. También nos motivan para alcanzar objetivos, generar cambios positivos y proteger al otro. Expresar verbalmente una emoción nos permite controlarla y poder trabajar sobre ella. Por más sencillo que parezca se trata de una capacidad que tendemos a quitarle importancia en la vida adulta. En muchas ocasiones las personas con este síndrome presentan esta importante habilidad expresiva muy bien desarrollada. Cuando logramos expresar nuestras emociones libremente experimentamos una sensación de libración y apertura, trabajando habilidades como la resiliencia y el autoestima. Esta habilidad nos permite ser más conscientes de lo que sentimos, solucionar problemas y generar relaciones más francas y sólidas.
Sin omitir las dificultades que puede implicar esta condición hoy te invitamos a cambiar la mirada sobre el Síndrome de Down siendo más conscientes del apuro que nos impide intercambios de calidad, poniendo el foco en las experiencias positivas de cada día, y hablando más de nuestros sentimientos.
Lic. Javier Regazzoni