Las computadoras, la televisión y el automóvil, por mencionar solo algunos ejemplos, son inventos útiles para el progreso, pero no debemos olvidar que los seres humanos estamos hechos para el movimiento, para caminar, correr e interactuar con la madre naturaleza. Es por eso que practicar actividades físicas al aire libre es tan beneficioso para nosotros.

Desde el punto de vista físico, nuestro cuerpo se beneficia de muchas maneras. Las actividades físicas ayudan a mantener nuestros músculos tonificados y fuertes. El aire fresco que respiramos en los parques y otras áreas exteriores aumenta la oxigenación de nuestros tejidos -lo cual resulta en un mejor funcionamiento del cuerpo-, y la transpiración ayuda a eliminar toxinas.

Nuestro cuerpo necesita de la exposición a la luz solar para sintetizar vitamina D, esencial para que los huesos puedan absorber el calcio. Permanecer al aire libre puede prevenir enfermedades como la osteoporosis, solo hay que ser cuidadosos al exponernos al sol haciéndolo en horas bien tempranas o al final de la tarde y siempre utilizando un bloqueador solar con factor de protección adecuado a nuestro tipo de piel.

Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos se recomienda a los adultos al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana para mantener una buena salud. Esto puede mejorar la circulación y fortalecer el corazón y también prevenir condiciones crónicas como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Para los niños los beneficios también son muchos. La actividad física beneficia el crecimiento, fortaleciendo músculos, huesos y articulaciones.

La personas que ejercitan al aire con frecuencia tienen menos insomnio y por ende tienen más energía durante el día y pueden enfocarse con más efectividad. Un estudio conducido por el Journal of Attention Disorder conducido en 2009 arrojó que las personas que realizan 20 minutos de caminata al aire libre en un ambiente natural aumentan su creatividad, positividad y confianza. Esto es particularmente beneficioso para los niños en edad escolar porque se mantienen más alertas y relajados en la escuela, mejorando el aprendizaje y obtener mejores resultados académicos.

La actividad al aire libre también tiene efectos psicológicos y emocionales positivos. Para empezar, los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, disminuyen considerablemente. De manera que los niveles de estrés también disminuyen, así como la ansiedad y la tensión mental. El ejercicio al aire libre ayuda a fortalecer la autoestima como resultado del sentimiento de bienestar que genera.

De igual modo, la actividad física al aire libre es buena forma de socializar y conocer personas con intereses afines como pueden ser los deportes, los animales o el estilo de vida sano. Los niños también tienen más oportunidades de socializar y hacer amistades a corto y largo plazo a través de los deportes y los juegos dónde están obligados a compartir y trabajar en equipo.

Ahora que ya sabes todos los beneficios de practicar actividades físicas al aire libre, ¿qué esperas para salir a sudar y respirar aire puro con tu familia y amigos?

Fuente: Vix.com