Trabajar con las manos

Trabajar con las manos implica un importante cuidado de nuestra salud mental y emocional.  Dibujar, tejer, esculpir, pintar, trabajar la tierra entre otras son valiosas actividades que logran una importante comunión entre las funciones cerebrales y el mundo de las emociones. Así también son una importante herramienta para aliviar el estrés, mejorar la plasticidad neuronal, favorecer la concentración y trabajar la ansiedad.

Las manos en la evolución

La fabricación de herramientas con las manos significó un importante avance evolutivo para nuestra especie. El sistema ojo -mano -cerebro representó una fabulosa alianza que sigue teniendo múltiples beneficios para las personas.

Este sistema bien conocido para la ciencia viene siendo estudiado desde hace décadas. En la actualidad las necesidades y desafíos para las personas se han ido transformando. El uso de la tecnología ha implicado una importante transformación de las sensibilidades y formas de interacción, y con ellas se ha devaluado el desarrollo de las habilidades manuales.

Las manos y sus grandes beneficios en todas las edades

Las actividades con las manos implican cambios fisiológicos muy beneficiosos, favorecen la producción de hormonas implicadas en el bienestar, reducen la producción de la respuesta al stress, mejoran la plasticidad neuronal creando nuevas conexiones en todas las etapas de la vida.

Las actividades manuales han demostrado tener importantes beneficios a nivel psicológico, siendo una herramienta fundamental para la reducción del estrés, la recuperación de los trastornos de ansiedad y han demostrado tener importantes beneficios para el trabajo sobre la depresión. En la esfera emocional las actividades manuales favorecen la instalación de estados mentales de calma y receptividad hacia el entorno en todas las edades, así también han demostrado ser una gran herramienta para el desarrollo durante la infancia.

En este sentido fomentar en niños las actividades que involucren las manos implica un gran facilitador para el desarrollo psicomotor, la creatividad y la concentración. Durante la infancia y la adolescencia las actividades manuales colaboran en el desarrollo de habilidades como el control de los impulsos, el desarrollo de la imaginación y la confianza en sí mismo. Trabajar con las manos en todas las edades implica la instalación de momentos de conciencia plena, esa profunda habilidad para situarnos en un tiempo presente, de profunda concentración y bienestar.

Poder transformador

Además de las implicaciones neuronales, psicológicas y emocionales, el trabajo manual esconde una magia muy especial: la posibilidad de construir algo nuevo que nace en nuestro interior, utilizando la imaginación y encontrando nuevos caminos para expresión. Esta profunda habilidad requiere la interacción de múltiples capacidades que unificadas dan lugar a algo nuevo.

El poder creador que está a tu alcance

Durante la vida adulta es cuando nos encontramos más alejados de las actividades que implican el desarrollo de actividades manuales, tanto es así, que soportes como el móvil o el ordenador están sustituyendo incluso la habilidad de escribir a mano. Siempre existe alguna actividad capaz de lograr ese profundo estado de bienestar que se encuentra a nuestro alcance. Así cocinar, dibujar, practicar cerámica, trabajar la tierra o plantar una flor generan una transformación material que redunda en el plano emocional. Trabajar con las manos habilita un poder creador que se encuentra a tu alcance.

 

Lic. Javier Regazzoni