La relación de las familias con la tecnología es paradójica: las pantallas facilitan la gestión doméstica y la comunicación, pero han introducido en el hogar elementos de conflicto y retos educativos inéditos para los padres. Estos han asumido la necesidad de formarse en este ámbito y establecer unas normas para moderar el uso que todos hacen de las pantallas.

El estudio “El impacto de las pantallas en la vida familiar” recoge los principales datos en torno a las siguientes 7 claves:

Las pantallas ¿nos unen o nos separan?

Las pantallas están teniendo un papel favorable en la gestión de la actividad familiar; así lo considera el 66% de los padres y madres. Sin embargo, 4 de cada 10 padres afirman que las pantallas suponen una fuente habitual de conflictos con los hijos.

Los mayores riesgos, según los padres

A las preocupaciones sobre los hijos en Internet antes citadas (ciberacoso y relación con desconocidos), le siguen de cerca el acceso a contenidos inadecuados, la pérdida de tiempo y la sobreexposición de su imagen.

¿Cómo les protegen?

En este contexto, los padres están estableciendo medidas de protección. El 74% afirma tener implementadas normas de uso de las pantallas en el hogar. Y procuran acompañarles en el entorno digital: en una escala del 1 a 5, la mayoría de padres se otorga un 4 cuando se les pregunta en qué grado saben qué hacen los hijos con sus dispositivos.

La edad de la primera pantalla propia

Las familias creen que la edad media adecuada para tener una tableta es a los 10 años. Al mismo tiempo, consideran que, los 13 años es una buena edad para entregar el primer teléfono móvil. Preguntados por su experiencia al respecto, el 39% de los padres considera que el primer móvil llegó demasiado pronto.

Los hijos ¿siguen viendo la TV?

Ante el protagonismo que van adquiriendo las pantallas individuales, cabe preguntarse por el papel que la televisión sigue teniendo en los hogares. Según el estudio, son los más pequeños, hasta los 5 años, los que más televisión ven. La mayoría dedica, al menos, una hora al día a esta actividad. Según van creciendo, van ganando predominancia otras pantallas individuales, como el smartphone, con mayor tiempo de uso entre los menores 16 a 18 años.

El ejemplo de padres y madres

Los padres también se han hecho conscientes de su propio uso de la tecnología y se cuestionan en qué medida son un buen ejemplo para sus hijos. Uno de cada 3 padres y madres entrevistados afirma hacer un uso excesivo de la tecnología y no se reconocen como un buen modelo para sus hijos.

En general, los padres hacen un uso más intensivo de las pantallas que sus propios hijos, nativos digitales. Los padres ven la TV y otra pantalla de forma simultánea y usan el móvil por la noche, ya en la cama, con más frecuencia que los hijos.

¿Están preparados para educar?

Ante los retos de esta nueva realidad, los padres y madres se dan cuenta de que su nuevo papel como mediadores de la tecnología con sus hijos reclama la necesidad de formarse. El 60% quiere saber más sobre educación digital y la gestión de pantallas.

Según el estudio, acuden, por este orden, al criterio de familiares y amigos, al colegio y a Internet como principales fuentes de información. Las webs especializadas sobre uso de pantallas e Internet tienen un papel importante, siendo consultadas por un 50% de los padres.

Sobre todos estos temas estaremos conversando en nuestro último taller del año con un reconocido especialista en la temática. En breve te contaremos más!!

 

Fuente: educacionresponsable.org