Ser un comunicador consciente es una de las claves para lograr interacciones saludables en todos los ámbitos de nuestras vidas. Poder ser conscientes de nuestra comunicación es una herramienta fundamental para el crecimiento personal y vincular, para ello hoy queremos compartir contigo algunos aspectos importantes para seguir construyendo comunicaciones saludables.
Romper el hielo
Iniciar correctamente una comunicación implica tomarse un breve instante para realizar una introducción, a veces sobre temas generales, para luego dar paso a la temática a trabajar. Estos breves segundos introductorios favorecerán la construcción de un clima inicial de apertura e intercambio saludable. Considera comenzar con una charla informal antes de sumergirte en la agenda de la reunión o intercambio de información.
Habla cara a cara siempre que puedas
La forma más antigua y efectiva en las comunicaciones es hablar cara a cara. La importancia de este aspecto radica en el papel central que ocupan las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Por ello gran parte del trabajo de ser conscientes de nuestras comunicaciones radica en ser conscientes de nuestro lenguaje corporal. En este sentido el primer paso es conocer la importancia de nuestras expresiones faciales. El esbozo de una sonrisa, un gesto de aprobación o la seriedad ante un tema sensible serán aspectos centrales en tus intercambios. Si durante la conversación se movilizan temas sensibles para tu interlocutor trata de brindarle un espacio dentro de la comunicación antes de pasar al tema a tratar. Previo a terminar el intercambio puedes retomar brevemente el tema sensible del inicio y ofrecer tu colaboración. No olvides en el correr de los días consultar a tu compañero sobre la evolución de lo compartido.
Lenguaje corporal y tono de voz
Las comunicaciones no se tratan solamente del mensaje, sino que una parte central radica en la forma que elegimos para comunicarnos: Trata de no cruzar los brazos, muestra interés en el otro, trata de mirar a los ojos sin ser invasivo y espera tu espacio para intervenir (sin interrumpir a tu interlocutor). Regular el tono de voz es otra de las claves para generar un intercambio dinámico, no invasivo y animado. Recuerda que un tono de voz con fluctuaciones controladas y adecuadas favorece al desarrollo saludable de la conversación.
No guardes tu emoción
Expresarse desde la emoción abre la puerta a un intercambio sincero y constructivo. “Lo que siento sobre esta situación..”, o “mi sensación sobre esto..” son algunas formas eficaces de para iniciar una intervención. De esta forma nuestro interlocutor captará rápidamente el contexto de emociones que estamos sintiendo y permitirá un ida y vuelta sincero y protegido.
Recapitular juntos
Es aconsejable ir pasando en limpio permanentemente los pequeños pasos que se van dando durante la conversación. “Entonces, sobre este punto, estamos de acuerdo en… ” “ según lo conversado quedamos en..” De esta forma se va creando una cadena de pequeños acuerdos construidos de a dos, sembrando confianza y un compromiso compartido. Sobre el final del intercambio es saludable realizar un breve repaso de lo conversado y los pasos que me comprometí a gestionar. Al igual que al inicio recomendamos finalizar con un contexto acorde, puede ser agradeciendo por el tiempo y la información, generando nuevamente comentarios sobre temas generales, o acordando dar seguimiento conjunto sobre lo trabajado.
Los beneficios de una comunicación consciente resultan visibles en el mismo momento que elegimos ponerlos en práctica. Comienza por estos primeros pasos y en poco tiempo podrás sentirte más seguro siendo un comunicador consciente.